lunes, 24 de noviembre de 2008

Sistema Reproductor

Sistema Reproductor Masculino

Parte externa

Escroto o bolsa escrotal: Sistema de refrigeración para la formación de espermatozoides.
Pene: Es el órgano copulatorio, capaz de llevar los espermatozoides hasta la vagina de la mujer.

Parte interna:

Uretra: Canal que conduce la orina fuera de la vejiga, también conduce los espermatozoides.
Cuerpo cavernoso y cuerpo esponjoso: Estos órganos le confieren la capacidad de erección la cual le permite penetrar en el interior de la vagina y depositar en ella el semen.
Prepucio: Es un repliegue que recubre el glande.
Glande: Parte terminal del pene.
Testículos: Dos órganos de 5cm. Aproximadamente cada uno.
Están ocupados por tubos seminíferos, entre los que se encuentra células interticiales que producen la hormona sexual masculina. Por su secreción interna vierte a la sangre las hormonas sexuales masculinas (testosterona y androsterona, las cuales son responsables de la aparición en el hombre de los llamados caracteres sexuales masculinos.

Epididimo: Almacena provisoriamente los espermatozoides.
Conducto deferente: Recorre el escroto, sigue en la pelvis, allegar a la vejiga urinaria se curva y termina encima de la próstata.
Vesículas seminales: Se encuentran a continuacióndel conducto deferente, su función principal es colaborar en la formación del semen.
Conductos eyaculadores: Estos se encargan de llevar el semen hasta la uretra para luego ser vertido al exterior.
Próstata: Es una glándula que rodea la vejigas. Su función principal es secretar un líquido que se mezcla con el contenido de las vesículas seminales, en el momento de la eyaculación.

Sistema Reproductor Femenino

Parte externa

El conjunto de órganos externos se denomina VULVA:

Clítoris: Es un pequeño cuerpo eréctil, cubierto con un pliegue de tejido llamado PREPUCIO, el cual posee receptores táctiles que al ser estimulados, excitan a la mujer durante el coito.
Los labios mayores y los labios menores: se encuentran debajo del CLITORIS. Estos rodean la abertura de la vagina y cumplen la función de protección.
El miato urinario: este se encuentra en la parte superior de la abertura vaginal.
El himen: es un delgado anillo tejido que cubre la abertura vaginal

Parte interna

Los órganos internos están ubicados en la región pelviana de la cavidad abdominal.

La vagina: Es un conducto musculomembranoso de unos 10 cm. De longitud. Esta separada de la vulva y del exterior por una membrana llamada himen.
El útero: Es el órgano encargado de recibir el óvulo fecundado procedente de la trompa de falopio. La pared del útero esta cubierta por una capa mucosa llamada ENDOMETRIO.
Trompas de falopio: Son dos conductos de unos 20 cm. de longitud. En este tiene lugar la fecundación del óvulo por el espermatozoide.
Ovarios: Son la glándula genital femenina. Este posee una función de secreción interna y otra externa. Por la primera vierte a la sangre las hormonas femeninas: estrógenos y progesteronas. La segunda función da lugar a la formación de óvulos. En cada ovario hay 200.000 óvulos.

Sistema Urinario


El sistema excretor está formado por el aparato urinario que comprende dos glándulas secretoras donde se elabora la orina, los riñones; dos conductos colectores, que recogen la orina a la salida del riñón, los uréteres; un órgano receptor de la orina, la vejiga; y un conducto secretor que la vierte al exterior, la uretra.
Las glándulas sudoríparas participan de este sistema excretando entre un 10% y un 5% de deshechos metabólicos a través del sudor que está compuesto por las mismas sustancias que la orina pero en una concentración mucho más baja.

Sistema Endocrino


Todos los órganos del sistema endocrino son glándulas. Son diferentes del resto de las glándulas porque liberan sustancias químicas, conocidas como hormonas, en la circulación sanguínea general. Otras glándulas descargan sus secreciones en conductos hacia un lugar concreto. Estas glándulas se denominan exocrinas. Los órganos del sistema endocrino se encuentran situadas en lugares del cuerpo muy separados: en la cavidad craneal, en el cuello, en la cavidad torácica, en la cavidad abdominal, en la cavidad pélvica y fuera de las cavidades del cuerpo. Las hormonas que liberan son muy importantes para las funciones corporales. Regulan instintos básicos y emociones, como los impulsos sexuales, violencia, ira, miedo, alegría y tristeza. También estimulan el crecimiento y la identidad sexual, controlan la temperatura corporal, ayudan en la reparación de tejidos dañados y ayudan a generar energía.

Glándulas adrenales: Las glándulas adrenales se encuentran sobre la parte superior de cada riñón en la zona abdominal. Aunque parece un sólo órgano, en realidad son dos pequeñas glándulas, cada una con un peso de unos 7 gramos. La médula adrenal (la parte interna) es un agente del sistema nervioso simpático y se activa mediante impulsos nerviosos. El córtex adrenal (la parte externa se divide en tres zonas: glomerulosa, fasciculada y reticular) es una glándula endocrina verdadera que se activa con la hormona adrenocorticotrófica (ACTH), enviada desde la glándula pituitaria. La médula adrenal secreta las catecolaminas epinefrina y noradrenalina. Estas hormonas ayudan al cuerpo a reducir tensión nerviosa. Cuando el sistema nervioso simpático reacciona ante emocione intensas, como miedo o ira, se liberan grandes cantidades de esta hormona. Esto puede causar una reacción de "lucha o huida", en la que la presión sanguínea aumenta, las pupilas se ensanchan y la sangre se desvía hacia los órganos más vitales y los músculos del esqueleto. El corazón también se estimula. El córtex adrenal secreta dos hormonas: cortisol y aldosterona. Estas hormonas se conocen conjuntamente como corticosteroides. Ayudan al cuerpo a reducir tensión nerviosa y son imprescindibles para la vida. El cortisol es un generador de energía. Regula la conversión de hidratos de carbono a glucosa y dirige las reservas al hígado. También disminuye las inflamaciones. La aldosterona regula el balance mineral y de agua en el cuerpo. Evita la pérdida excesiva de agua a través de los riñones y mantiene el balance entre sodio y potasio en la corriente sanguínea. Este balance es importante en la contracción muscular.

Hipotálamo: El hipotálamo está formado por un minúsculo grupo de células nerviosas situadas en el centro de la base del cerebro. Este órgano sirve como vínculo entre el sistema nervioso autónomo y el sistema endocrino. El hipotálamo es responsable de muchas funciones corporales. Su función es integrar y asegurar respuestas adecuadas a los estímulos. Regula el hambre, la sed, el sueño y el insomnio. También juega un papel importante en la regulación de la mayoría de los mecanismos involuntarios del cuerpo, como la temperatura corporal, el impulso sexual o el ciclo menstrual en las mujeres. El hipotálamo también regula las funciones de la glándula pituitaria.

Ovarios: Los ovarios son dos cuerpos con forma de almendra de unos 3,5 centímetros de longitud que se encuentran situados a cada lado de la pelvis. Cada ovario contiene dos clases diferentes de estructura glandular: los folículos de Graaf, que secretan estrógeno, y el cuerpo lúteo, que secreta progesterona y algo de estrógeno. La hormona estrógeno influye en el desarrollo de los caracteres sexuales y en la maduración de los órganos sexuales femeninos. La progesterona influye en el desarrollo de las glándulas mamarias y prepara el útero para la implantación del óvulo.

Páncreas: El páncreas se encuentra situado justo detrás de la parte inferior del estómago. Es la segunda glándula del cuerpo en tamaño, y es una glándula endocrina y exocrina. Su función exocrina es producir jugos digestivos (jugos pancreáticos) y liberarlos a través de un tubo, el conducto pancreático, al intestino. La función endocrina del páncreas es controlar la cantidad de azúcar en la sangre. Las células que controlan los niveles de azúcar en la sangre se denominan islotes de Langerhans. Estos islotes son grupos microscópicos de células esparcidas por todo el tejido pancreático entre el resto de las células pancreáticas aunque se encuentran concentradas principalmente en la cola del páncreas.

Los islotes de Langerhans: están formadas por dos tipos de células: alfa y beta. Las células alfa secretan una hormona llamada glucagón y las células beta secretan insulina. La insulina y el glucagón funcionan como un sistema de comprobación y equilibrio regulando el nivel de azúcar en sangre en el cuerpo. El glucagón acelera el proceso de la glucogénesis en el hígado (proceso químico por el cual la glucosa almacenada en las células del hígado en forma de glucógeno se convierte en glucosa; esta glucosa deja entonces las células del hígado y pasa a la sangre). Este proceso tiende a incrementar la concentración de glucosa en la sangre. La insulina es un antagonista del glucagón, pues reduce la cantidad de concentración de glucosa en la sangre. La insulina realiza este proceso acelerando su salida de la corriente sanguínea, a través de las membranas celulares, hacia las células. Como la glucosa entra en las células a un ritmo más rápido, las células aumentan su metabolismo de glucosa. Todas las comidas que contienen azúcares y almidón, como el pan, patatas y pasteles, se descomponen en glucosa. De esta forma pueden ser absorbidos por cada célula del cuerpo, incluyendo las células del hígado, una de cuyas funciones principales es almacenar azúcar. Las células absorben glucosa y la queman en estructuras llamadas mitocondrias, utilizando la energía que contiene y produciendo dióxido de carbono y agua como productos derivados. Este proceso de quemado es la principal fuente de energía del cuerpo, y no podría tener lugar sin la presencia de la insulina. La diabetes se produce cuando el páncreas no produce suficiente insulina y no se regula, por tanto, la concentración de glucosa en la sangre. El nivel de glucosa normal para un adulto medio está entre 80 y 120 miligramos de glucosa por cada 100 mililitros de sangre. Si los islotes de Langerhans secretan demasiada poca insulina, se produce un exceso de glucosa, una característica de la diabetes mellitus, el trastorno más habitual del sistema endocrino.

Paratiroides: Las glándulas paratiroides son glándulas pequeñas, habitualmente cuatro, incrustadas en la parte posterior del tiroides. Estas glándulas producen la hormona parathormona, que regula el nivel de calcio y fósforo en la sangre y huesos. La parathormona tiende a aumentar la concentración de calcio en la sangre incrementando la descomposición ósea. Esta hormona tiene el efecto contrario de la calcitonina (tirocalcitonina), que es secretada por la glándula tiroides. El calcio juega un papel muy importante en muchos procesos metabólicos; demasiado calcio (hipercalcemia) o demasiado poco (picocalcemia) puede alterar el funcionamiento normal de músculos y nervios. La parathormona ayuda a mantener la homeostasis de calcio en la sangre. Las células corporales son muy sensibles a los cambios de la cantidad de calcio en la sangre.

Glándula pituitaria: La pituitaria (o hipófisis) es una glándula pequeña, no más grande que un guisante, que se encuentra en la base del cráneo en una pequeña depresión del hueso esfenoidal denominado "silla turca". Está conectada y controlada por el hipotálamo y a veces se la considera la glándula principal, puesto que su función es coordinar el sistema nervioso y el endocrino. Algunas de sus hormonas estimulan otras glándulas endocrinas para que produzcan sus propias hormonas. La pituitaria está compuesta en realidad por dos glándulas: la glándula pituitaria anterior (o adenohipófisis) y la posterior (o neurohipófisis). Produce varias hormonas, una de las cuales regula la retención de agua en los riñones y otra tiene la misión de contraer el útero durante el parto y de estimular la secreción de leche en las glándulas mamarias. Una de las hormonas más importantes de la pituitaria es la del crecimiento. Esta hormona controla el crecimiento regulando la cantidad de nutrientes que recibe cada célula. Como la insulina, la hormona del crecimiento también controla el nivel de azúcar en la sangre.

Testículos: Los testículos consisten en dos glándulas de forma ovalada de unos 3 centímetros de longitud y 2,5 centímetros de ancho. Se encuentran suspendidos en un saco denominado escroto fuera del cuerpo para mantener la menor temperatura necesaria para la producción eficiente de esperma. Cada uno de los testículos está formado por varias secciones (lóbulos), y cada lóbulo está formado a su vez por un delgado y largo túbulo seminífero enrollado. Desde la pubertad, las células de los túbulos seminíferos producen casi continuamente espermatozoides, las células reproductoras masculinas. Otras células, conocidas como células intersticiales, secretan la hormona masculina testosterona en la sangre. Estas células se encuentran en numerosos grupos en el tejido conectivo situado entre los túbulos seminíferos. La testosterona realiza diversas funciones: es importante para el desarrollo de los caracteres sexuales masculinos, estimula y mantiene el desarrollo de los órganos accesorios masculinos (la glándula prostática, vesículas seminales, etc.), y tiene un efecto estimulante en el metabolismo de las proteínas.

Timo: Situado sobre el corazón, el timo es un órgano bilobulado cuya función principal es la de desarrollar linfocitos. La linfa transporta glóbulos blancos a este órgano, donde se multiplican y se transforman en células especiales de lucha contra las infecciones. Aunque la función del timo no se conoce en su totalidad, se sabe que tiene un papel muy importante en el desarrollo de la inmunidad ante diversas enfermedades. Muchos investigadores opinan que el timo produce los linfocitos originales formados en el cuerpo antes del nacimiento y continúa produciéndolos después. Los linfocitos viajan desde el timo a los nódulos linfáticos y al bazo a través de la circulación sanguínea. También se cree que el timo sintetiza una hormona esencial para la inmunidad. Esta hormona, conocida como factor humoral del timo (THF), debe estar presente durante un corto periodo de tiempo después del nacimiento del niño para poder desarrollar la inmunidad mínima necesaria. Los investigadores piensan que la hormona producida por el timo actúa sobre los linfocitos, haciendo que los linfocitos B se conviertan en células plasmáticas, las cuales forman anticuerpos que producen inmunidades. Tras la pubertad, el timo comienza a disminuir de tamaño. Su función principal parece desarrollarse durante las primeras etapas de la vida en el desarrollo de la inmunidad.

Sistema Digestivo

El sistema digestivo tiene la función de procesar el alimento, separando las proteínas, los hidratos de carbono, los minerales, las grasas y otras sustancias que necesita el cuerpo, e introducirlo todo en la corriente sanguínea de modo que lo pueda utilizar el cuerpo. El tracto digestivo comienza en la boca, donde la mandíbula y la lengua comienzan a deshacer el alimento con la ayuda de la saliva secretada por las glándulas salivares. El alimento masticado, combinado con la saliva, se ingiere y se transporta por el esófago mediante movimientos peristálticos (contráctiles) hasta el estómago. En el estómago, el alimento se combina con ácido clorhídrico que ayuda a deshacerlo más. Cuando se ha digerido completamente el alimento, el resto de fluido, denominado quimo, pasa a través del píloro a los intestinos grueso y delgado. En el largo y serpenteado intestino delgado, se absorben de la corriente sanguínea los nutrientes del quimo, dejando los residuos que no sirven. Estos residuos pasan a través del colon (donde la corriente sanguínea absorbe la mayor parte del agua) y se introducen en el recto donde se almacenan antes de excretarse. Estos desechos sólidos, denominados heces, se unen y en el proceso de excreción pasan a través del canal anal y el ano. A lo largo del tracto digestivo, el páncreas, el bazo, el hígado y la vesícula biliar segregan enzimas que ayudan durante el proceso digestivo.

Boca: La boca es un área voluble de la anatomía humana, encargada de articular la voz, degustar, masticar y tragar alimento. La cavidad bucal está situada justo debajo de la cavidad nasal y está formada por los huesos palatinos y la apófisis palatina de la maxilar en la parte superior y por la mandíbula en la parte inferior. En la apertura de la cavidad bucal están los labios, que son estructuras musculares recubiertas de una fina piel membranosa. Los labios ocluyen la cavidad bucal durante la masticación para retener dentro el alimento y el líquido, ayudan a controlar el alimento durante la masticación y facilitan la articulación de la voz. Dentro de la cavidad bucal, los dientes se extienden por debajo desde sus alvéolos maxilares y por encima desde sus alvéolos mandibulares para formar el arco dental. Los músculos y la piel de las mejillas cubren los laterales externos de la cavidad bucal, mientras que las estructuras musculares de la lengua y el revestimiento mucoso sublingual y los músculos forman la parte inferior de la cavidad bucal.
Cuando se introduce alimento en la boca, los labios se cierran, a la vez que las glándulas salivares producen saliva. La saliva lubrica la boca y humedece el alimento. La superficie interior de los labios, la lengua y las mejillas controlan el alimento situándolo entre los dientes para que pueda triturarse. Con una acción combinada de estos movimientos y un movimiento semicircular y afilado de los dientes, se tritura el alimento y se forma una pasta con la saliva. Las enzimas de la saliva comienzan a separar el alimento y la lengua mueve una parte de esta pasta alimenticia hacia la parte posterior de la cavidad bucal impulsándola arriba y detrás a lo largo del paladar duro. El paladar blando, a su vez, se levanta para ocluir la cavidad nasal. La bola de pasta alimenticia, denominada bolo, pasa a la faringe. La epiglotis baja para cubrir las vías respiratorias de modo que el alimento no se introduzca en la laringe. Desde la faringe, se producen contracciones, denominadas movimientos peristálticos, que impulsan el bolo hacia abajo y a través del esófago al estómago, donde se digieren más.

Esófago: El esófago es el tubo largo y flexible que comienza en la faringe y termina en el cardias en la parte superior del estómago. El esófago medio tiene unos veinticinco coma cuatro centímetros de largo, y sus paredes están formadas de fibra muscular que realizan movimientos de contracción (denominados perístasis) para impulsar el bolo (glóbulos) de alimento masticado con saliva hacia el estómago. El malestar por acidez se produce cuando el ácido estomacal se vierte en el esófago. Dado que el esófago no tiene una capa de mucosa como la tiene el estómago, el ácido produce dolor que se genera justo detrás del esternón y parece que viene del corazón, de ahí que se utilice bastante el término "acidez".

Hígado: El hígado es la glándula más grande del cuerpo y tiene varias funciones importantes. Pesa aproximadamente un kilo trescientos cincuenta y nueve gramos y es de color rojo-marrón; este órgano presenta un alto grado de vascularidad que es lo que le da el color oscuro. La mayor parte está situada en el lateral derecho de la cavidad abdominal, justo sobre el duodeno; el hígado ayuda a la digestión de las grasas secretando bilis al duodeno. El hígado también destruye los glóbulos rojos, forma la urea para la excreción de los restos nitrogenados, forma el fibrinógeno que se utiliza en la coagulación de la sangre, almacena glucógeno, que ayuda en el metabolismo y almacenamiento de las vitaminas y produce sustancias protectoras y antitóxicas, entre muchas de sus funciones.

Páncreas: El páncreas es una glándula con forma de lóbulo grande que tiene la función de secretar la hormona insulina y un fluido alcalino que ayuda al proceso de digestión. La insulina es importante en la utilización de azúcar en la sangre y la carencia de esta hormona produce la diabetes mellitus. El fluido digestivo se secreta directamente al duodeno, justo debajo del estómago en el tracto digestivo.

Vesícula biliar: La vesícula biliar tiene la función de concentrar y almacenar la bilis que produce el hígado en forma diluida y secretar la bilis a través del conducto cístico al duodeno donde puede ser de utilidad en el proceso de digestión. La vesícula biliar es un órgano azul verdoso, de unos siete coma sesenta y dos centímetros y está situada en la superficie inferior del hígado. La bilis está compuesta de colesterol, sales biliares y pigmento biliar. La bilis no es fundamental para la supervivencia del ser humano, y podría eliminarse sin que produjera graves efectos adversos. La cristalización de las sales biliares en la vesícula biliar da origen a cálculos biliares, que a menudo requieren operación quirúrgica.

Intestino grueso: El intestino grueso es un amplio tubo ondulado que recibe el producto resultante de la digestión del intestino delgado y lo transporta hasta que se excreta, y sigue procesando el material que llega. Cualquier material alimenticio que no se haya absorbido se almacena en el intestino grueso hasta que el cuerpo pueda reabsorber el agua del mismo de forma parcial, después pasa los residuos por el ano para su eliminación. La sobre absorción de agua de los materiales residuales puede que deje las heces duras y ligeramente secas que pueden chocar, dificultando su eliminación. Esta condición se conoce como estreñimiento. Si no se reabsorbe suficiente líquido, normalmente debido a infecciones víricas o mala nutrición, el intestino grueso pasa demasiado líquido al ano, dificultando el control de la eliminación. Esta condición, y el fluido (que a menudo daña los tejidos anales) se conoce como diarrea. El intestino grueso está dividido en ocho secciones: el ciego, el apéndice, el colon ascendente, el colon transverso, el colon descendente, el colon sigmoideo, el recto y el ano.

Ano: El ano es el esfínter que regula el orificio inferior del tracto digestivo. El esfínter mantiene el ano cerrado, abriéndolo durante la excreción para permitir que pasen las heces.

Apéndice: El apéndice es una pequeña unión con forma de gusano en el extremo del ciego. Por su forma, a veces se le llama apéndice vermiforme (forma de gusano). La evidencia nos ha mostrado que en la antigüedad el apéndice debería haber tomado parte en la digestión de materia duradera, como la quitina de insecto o la corteza de árbol, pero ahora es aparentemente vestigial (innecesario) en la anatomía moderna. La inflamación del apéndice se denomina apendicitis y su eliminación es una de las operaciones quirúrgicas que se realizan más a menudo.


Sistema Respiratorio


El sistema respiratorio es el responsable de aportar oxígeno a la sangre y expulsar los gases de desecho, de los que el dióxido de carbono es el principal constituyente, del cuerpo. Las estructuras superiores del sistema respiratorio están combinadas con los órganos sensoriales del olfato y el gusto (en la cavidad nasal y en la boca) y el sistema digestivo (desde la cavidad oral hasta la faringe). En la faringe, los órganos respiratorios especializados se bifurcan. La laringe está situada en la parte superior de la tráquea. La tráquea desciende hacia los bronquios, que se ramifican en la bifurcación traqueal para pasar a través de los hilios de los pulmones izquierdo y derecho. Los pulmones contienen los pasillos más estrechos, o bronquiolos, que transportan aire a las unidades funcionales de los pulmones, los alvéolos. Allí, en los miles de diminutas cámaras alveolares, se transfiere el oxígeno a través de la membrana de la pared alveolar a las células sanguíneas de los capilares. Del mismo modo, los gases de desecho se desprenden de las células sanguíneas hacia el aire en los alvéolos, para ser expelidos en la exhalación. El diafragma, un músculo grande y delgado situado debajo de los pulmones, y los músculos intercostales y abdominales son los responsables de ayudar al diafragma, contrayendo y expandiendo la cavidad torácica por efecto de la respiración. Las costillas funcionan como soporte estructural de todo el conjunto torácico y las membranas pleurales ayudan a proporcionar lubricación a los órganos respiratorios de forma que no se irriten durante la respiración.

Alvéolos: El sistema respiratorio es el responsable de aportar oxígeno a la sangre y expulsar los gases de desecho, de los que el dióxido de carbono es el principal constituyente, del cuerpo. Las estructuras superiores del sistema respiratorio están combinadas con los órganos sensoriales del olfato y el gusto (en la cavidad nasal y en la boca) y el sistema digestivo (desde la cavidad oral hasta la faringe). En la faringe, los órganos respiratorios especializados se bifurcan. La laringe está situada en la parte superior de la tráquea. La tráquea desciende hacia los bronquios, que se ramifican en la bifurcación traqueal para pasar a través de los hilios de los pulmones izquierdo y derecho. Los pulmones contienen los pasillos más estrechos, o bronquiolos, que transportan aire a las unidades funcionales de los pulmones, los alvéolos. Allí, en los miles de diminutas cámaras alveolares, se transfiere el oxígeno a través de la membrana de la pared alveolar a las células sanguíneas de los capilares. Del mismo modo, los gases de desecho se desprenden de las células sanguínea hacia el aire en los alvéolos, para ser expelidos en la exhalación. El diafragma, un músculo grande y delgado situado debajo de los pulmones, y los músculos intercostales y abdominales son los responsables de ayudar al diafragma, contrayendo y expandiendo la cavidad torácica por efecto de la respiración. Las costillas funcionan como soporte estructural de todo el conjunto torácico y las membranas pleurales ayudan a proporcionar lubricación a los órganos respiratorios de forma que no se irriten durante la respiración.

Bronquios: Los bronquios son los tubos que transportan aire desde la tráquea a los lugares más apartados de los pulmones, donde pueden transferir oxígeno a la sangre en pequeños sacos de aire denominados alvéolos. Dos bronquios principales, los bronquios derecho e izquierdo, se ramifican desde el extremo inferior de la tráquea en lo que se conoce como la bifurcación de la tráquea. Un bronquio se extiende en cada pulmón. Los bronquios continúan dividiéndose en pasillos menores, denominados bronquiolos, formando ramificaciones como en un árbol que se extienden por todo el esponjoso tejido pulmonar. El exterior de los bronquios se compone de fibras elásticas y cartilaginosas, y presenta refuerzos anulares de tejido muscular liso. Los bronquios pueden expandirse durante la inspiración, permitiendo que se expandan los pulmones a su vez, y contraerse durante la expiración cuando se exhala el aire.

Red capilar: La red capilar del tejido alveolar permite la transmisión de gases entre el aire de los alvéolos y las células sanguíneas dentro de los capilares. Los diminutos capilares son tan pequeños que sólo permiten que pase a través una célula sanguínea cada vez. Este orden en fila, combinado con la delicada membrana semipermeable que separa el saco alveolar de los capilares, permite que se produzca la difusión, proceso por el que una sustancia (en este caso, oxígeno y dióxido de carbono) atraviesa una membrana semipermeable desde una zona de alta concentración a otra de menor concentración. Las células sanguíneas que atraviesan los capilares tienen muy poca cantidad de oxígeno y gran cantidad de dióxido de carbono y otros gases de desecho. Como resultado, el dióxido de carbono pasa por difusión a través de la membrana hacia el aire de los alvéolos (que es menos rico en dióxido de carbono). De forma similar, el oxígeno contenido en el aire de los alvéolos atraviesa la membrana para pasar a las células sanguíneas. De esta forma, la sangre se libera del exceso de dióxido de carbono (que se exhala a continuación) y se regenera con oxígeno. Las células sanguíneas regeneradas continúan por las metavénulas, vénulas y venas pulmonares hacia el corazón, desde el que son bombeadas al resto del cuerpo.

Cilios: Los cilios son diminutos pelos que cubren la parte interna de muchos revestimientos mucosos. Estos se encuentran por todo el cuerpo y, gracias a su movimiento en ondas, funcionan como filtro y transportan material en partículas a los largo de la superficie del revestimiento mucoso. Los cilios respiratorios son responsables de ayudar en la tarea de filtrado del polvo y otras sustancias del aire inhalado y transmitirlo con mucosa hacia la faringe para ser tragado. Los revestimientos mucosos de la cavidad nasal, faringe, tráquea y de los bronquios contienen estas estructuras.

Diafragma: El diafragma es el músculo principal responsable de la respiración. Conectado a la pared abdominal, las vértebras lumbares, las costillas inferiores, el esternón y el pericardio del corazón por tejido tendinoso, el delgado diafragma crea una división entre la cavidad torácica y la abdominal. El diafragma forma una estructura abovedada, y cuando se contrae desciende a una posición más plana. Este alisamiento provoca un vacío en la cavidad torácica y presión en la cavidad abdominal. El vacío se rellena con la expansión del tejido pulmonar y el aire inhalado. La presión sobre las vísceras inferiores resulta de mucha ayuda en el parto y en el empuje de la materia fecal a través del tracto intestinal inferior para su expulsión. Cuando el diafragma se relaja y toma forma abovedada, el aire es expelido y los pulmones se contraen. Aunque los músculos intercostales y abdominales se utilizan también en la respiración, durante el sueño, esta es debida principalmente a las contracciones del diafragma.

Cavidad del corazón: Entre los dos pulmones existe un espacio ocupado por el corazón. Esta cavidad es más pronunciada en el pulmón izquierdo, que es ligeramente cóncavo, que en el derecho. El pericardio del corazón está en contacto directo con el revestimiento pleural de los pulmones y está unido a la porción tendinosa del músculo diafragmático.

Laringe: La laringe es la apertura de la tráquea donde se une a la faringe. Su parte saliente, con el cartílago tiroides, puede apreciarse en el exterior de la garganta, y se conoce comúnmente como el "bocado de Adán". La laringe sirve para cerrar la tráquea durante el acto de tragar de forma que la comida no pase a los conductos respiratorios y facilita el tragado ascendiendo la parte posterior de la lengua. La laringe, que contiene las cuerdas vocales, permite la vocalización manipulando dichas cuerdas para hacer que vibren con un tono determinado cuando pasa el aire por la laringe. La laringe se compone de tres estructuras cartilaginosas: el cricoides, la epiglotis y el tiroides. El cartílago cricoides, circular, sirve para reforzar la parte superior de la tráquea para poder mantener abiertas las vías de aire. La epiglotis, con forma de solapa, ayuda a cerrar las vías de aire durante el acto de tragar, descendiendo para unirse a la laringe, levantada a su vez, para evitar que la comida entre en la tráquea. El cartílago tiroides forma la mayor parte de la estructura de la laringe, fijando la epiglotis por medio de las cuerdas vocales falsas, y las cuerdas vocales verdaderas a las apófisis vocales del cartílago aritenoides de la glotis. El tono de voz depende en gran medida de la elasticidad y la tensión en las cuerdas vocales verdaderas. Cuando el ángulo del cartílago tiroides desciende en los varones durante la pubertad, la tensión de las cuerdas vocales disminuye, dando como resultado una voz más grave.

Lóbulo: Los pulmones presentan fisuras que dividen las estructuras generales en lóbulos menores. El pulmón izquierdo tiene una fisura horizontal que lo divide en dos lóbulos (superior e inferior). El pulmón derecho tiene una fisura horizontal y otra oblicua, que lo dividen en tres lóbulos (superior, medio e inferior). Debido a este tercer lóbulo, el pulmón derecho es mayor que el izquierdo, extendiéndose más abajo en la cavidad abdominal. Ambos pulmones están incluidos en un saco pleural y separados por el mediastino, una membrana que se extiende desde la columna vertebral por detrás hasta el esternón por delante.

Sistema Cardiovascular

Para que el cuerpo se mantenga con vida, cada una de sus células debe recibir un aporte continuo de alimento y oxígeno. A la vez, debe recogerse el dióxido de carbono y otros materiales producidos por estas células para eliminarlos del cuerpo. Este proceso lo realiza continuamente el sistema circulatorio. El sistema circulatorio principal está formado por el corazón y los vasos sanguíneos, que juntos mantienen el flujo de sangre continuo por todo el cuerpo transportando oxígeno y nutrientes y eliminando dióxido de carbono y productos de desecho de los tejidos periféricos. Un subsistema del sistema circulatorio, el sistema linfático, recoge el fluido intersticial y lo devuelve a la sangre. El corazón bombea sangre oxigenada desde los pulmones a todas las partes del cuerpo a través de una red de arterias y ramificaciones más pequeñas denominadas arteriolas. La sangre vuelve al corazón mediante pequeñas venas, que desembocan en venas más grandes. Las arteriolas y las vénulas están unidas mediante vasos más pequeños aún denominados metarteriolas. Los capilares, vasos sanguíneos del grosor de una célula, se ramifican desde las metarteriolas y luego se vuelven a unir a estas. El intercambio de oxígeno y dióxido de carbono en la sangre tiene lugar en esta red de finos capilares. Un adulto por término medio tiene unos 96.540 Km. de vasos sanguíneos en su cuerpo.

Arteria angular: La arteria angular comienza al final de la arteria facial. Asciende hacia los ojos, suministrando riego sanguíneo al conducto lagrimal y a los músculos orbiculares del párpado. La arteria angular también tiene ramificaciones en la mejilla.

Arteria tibial anterior: Las arterias tibiales anterior y posterior se ramifican desde la arteria poplítea y suministran sangre a las piernas y pies. La arteria posterior tibial es una arteria grande que atraviesa las piernas hasta los pies, y ahí se ramifica en la arteria plantar interna y externa (arterias de la planta del pie). La arteria tibial interior se convierte en la arteria dorsal del pie en la articulación del tobillo.

Aorta: El vaso sanguíneo más grande del cuerpo es la aorta, que sale del corazón y baja hacia la parte inferior del cuerpo. Tiene un diámetro de unos dos centímetros y medio y la sangre sale a través de la misma a una velocidad de unos veinte centímetros por segundo. La aorta está dividida en varias partes: la aorta ascendente, el arco de la aorta y las partes torácica y abdominal de la aorta descendente.

Arco de la aorta: El vaso sanguíneo más grande del cuerpo es la aorta, que sale del corazón y baja hacia la parte inferior del cuerpo. Tiene un diámetro de unos dos centímetros y medio y la sangre sale a través de la misma a una velocidad de unos veinte centímetros por segundo. La aorta está dividida en varias partes: la aorta ascendente, el arco de la aorta y las partes torácica y abdominal de la aorta descendente.

Arteria arqueada: Las arterias arqueadas son pequeños ramos curvos de arterias que suministran sangre renovada al cerebro. El suministro de sangre al cerebro es constante, unos 250 milímetros por segundo. El cerebro es más sensible a la falta de oxígeno que cualquier otro órgano del cuerpo. Las células del cerebro sufren daño permanente si se detiene el suministro de sangre durante más de dos minutos. Por este motivo, el cuerpo ha desarrollado un sistema de seguridad, denominado autorregulación, mediante el que varios nervios actúan para mantener el nivel de flujo de sangre al cerebro incluso si el flujo cae drásticamente en el resto del cuerpo, como en el caso de una fuerte hemorragia.

Arteria axilar: En el lateral de la primera costilla, la arteria subclavia se convierte en arteria axilar (arteria de la axila) que continua en descenso hasta el borde inferior del músculo redondo mayor y se convierte en la arteria braquial. La arteria se divide en tres ramos alrededor del músculo pectoral menor, uno sobre el músculo, otro detrás del músculo y el otro debajo del músculo. La arteria suministra sangre oxigenada al brazo y al área torácica superior.

Arteria braquial: La arteria braquial suministra sangre oxigenada a los brazos. Comienza en el borde inferior del músculo redondo mayor y se extiende hasta justo debajo de la articulación del hombro. Después se ramifica en las arterias radial y cubital. Se puede sentir el pulso situando las yemas de los dedos a lo largo de la arteria braquial en la curva del hombro a lo largo del margen interior del músculo bíceps.

Capilares: Unos diez mil millones de capilares se entrelazan por todos los tejidos del cuerpo, suministrando sangre a todas las células. Son los vasos sanguíneos más pequeños, de tamaño microscópico, y contienen menos del cinco por ciento del volumen total de la sangre que circula. Los capilares se ramifican desde las metarteriolas que conectan las arteriolas con las vénulas. Los capilares tienen paredes finas, del grosor de una célula, y en ellos tiene lugar el intercambio metabólico y de oxigeno. Cuando la sangre fluye a través de los capilares en los pulmones, cambia de sangre venosa a sangre arterial descargando dióxido de carbono y recogiendo oxígeno. Su color cambia en el proceso de carmesí oscuro a escarlata brillante. Cuando la sangre fluye a través de tejidos capilares, cambia de sangre arterial a venosa. El oxígeno deja la sangre para introducirse en las células, y el dióxido de carbono sale de las células y se introduce en la sangre.

Sistema Nervioso


El sistema nervioso del cuerpo humano se encarga de enviar, recibir y procesar los impulsos nerviosos. El funcionamiento de todos los músculos y órganos del cuerpo depende de estos impulsos. Tres sistemas trabajan conjuntamente para llevar a cabo la misión del sistema nervioso: el central, el periférico y el autónomo. El sistema nervioso central es el encargado de emitir impulsos nerviosos y analizar los datos sensoriales, e incluye el encéfalo y la médula espinal. El sistema nervioso periférico tiene la misión de transportar los impulsos nerviosos a y desde las numerosas estructuras del cuerpo, e incluye numerosos nervios craneoespinales que se bifurcan desde el encéfalo y desde la médula espinal. El sistema nervioso autónomo esta formado por los sistemas simpático y parasimpático, y se encarga de regular y coordinar las funciones de las partes vitales del cuerpo.

De todos estos elementos, el encéfalo es el más importante del sistema nervioso. El encéfalo está situado en la cavidad del cráneo. Sin su mem
brana protectora más externa, la duramadre, el encéfalo pesa aproximadamente 1,4 kilogramos, representando el 97% de todo el sistema nervioso central. El encéfalo está conectado al extremo superior de la médula espinal (que está comunicado con el cráneo a través del agujero mayor o foramen mágnum) y es el responsable de emitir impulsos nerviosos, procesar los datos de estos impulsos y de parte de los procesos mentales de orden superior. El encéfalo se puede dividir en tres partes: cerebro, cerebelo y tronco cerebral, que se une a la médula espinal. El tronco cerebral también se puede dividir en médula oblongata o bulbo raquídeo, mesencéfalo y protuberancia.

Plexo braquial: El término "plexo" hace referencia a una gran red de nervios y vasos sanguíneos. El sistema nervioso presenta varias de estas redes, en las que se juntan las fibras nerviosas autónomas y voluntarias. Estas redes incluyen el plexo braquial (hombro), el plexo cervical (cuello), el plexo coccígeo (cóccix) y el
plexo sacro o lumbosacro (parte inferior de la espalda).

Cerebelo: El cerebelo es la segunda división más pequeña del encéfalo y se encuentra debajo del cerebro y en la parte posterior del encéfalo. El cerebelo tiene una parte central, denominada vermis, y dos partes laterales, o hemisferios. El cerebelo se encarga de coordinar y modificar la actividad resultante de impulsos y órdenes enviados desde el cerebro. Recibe información de terminaciones nerviosas que se distribuyen por todo el cuerpo, como el centro de equilibrio en el oído interno, y ajusta estas acciones enviando las señales reguladoras a las neuronas motrices del encéfalo y de la médula espinal. Si el cerebelo resulta dañado, el individ
uo perderá facultades para coordinar con precisión los músculos y otras acciones adicionales de los procesos motrices (ataxia).

Cerebro: El cerebro es la parte más voluminosa del encéfalo. Esta formado por una gran masa de fibras nerviosas blancas y grises en su parte superior. Es el responsable de parte de los procesos mentales de orden superior (memoria, juicio, razonamiento), de procesar los datos sensoriales y de procesos motrice
s iniciales, como la flexión voluntaria de músculos. El cerebro tiene dos partes laterales o hemisferios, que presentan un gran número de repliegues y surcos conectados en la parte central de la médula. El cerebro se divide en cuatro secciones, o lóbulos, cuyos nombres dependen del hueso craneal que tienen más cerca: el lóbulo frontal, el occipital, el parietal y el temporal. El líquido cefalorraquídeo protege el cerebro y se envía a estos lóbulos gracias a los ventrículos laterales que envían ramas, o cuernos, a los lóbulos occipital, frontal y temporal. Las funciones de cada lóbulo están coordinadas por fibras conectivas. La más larga y densa de estas fibras forma el cuerpo calloso, que une los dos hemisferios y llega hasta la superficie (corteza cerebral) mediante ramificaciones. Las otras dos fibras conectivas se denominan comisura anterior, que contiene fibras olfativas y otras conexiones temporales, y comisura del hipocampo, que se encuentra transversalmente debajo de la parte posterior del cuerpo calloso y que está especialmente relacionado con los centros olfativos del encéfalo. El encéfalo humano, que contiene alrededor de un billón de neuronas, es el mecanismo más complejo que se conoce y sus numerosas funciones siguen admirando y centrando muchas investigaciones.

Nervio peroneo común: Los nervios peroneos incluyen los nervios común, superficial y profundo. Estos nervios se originan en los nervios ciáticos, que se ramifican desde la médula espinal entre la cuarta vértebra lumbar y la tercera vértebra sacra, y se extienden hasta los músculos de la pantorrill
a y hasta la piel de los pies y de los dedos.

Nervios craneales: Los doce nervios craneales inervan los músculos y la piel de la cabeza, del cuello y, como en el caso del vago y de los nervios espinales, otras partes importantes del cuerpo. Estos nervios surgen en protuberancias, en el prosencéfalo, en la médula oblongata o bulbo raquídeo y en la parte superior de la médula espinal, entre las primeras vértebras cervicales. Los cuatro primeros incluyen los olfatorios, que invervan la mucosa nasal y facilitan el gusto, el óptico , que inerva la retina y facilita la vista, el oculomotor común, que inerva la pupila y los cilios del ojo y el troclear, que inerva los músculos oblicuos superiores del ojo. El siguiente nervio craneal es el trigémino, que presenta tr
es partes: la oftálmica (ojo), la maxilar (paladar superior y cara) y la mandibular (mandíbula, lengua y región auriculotemporal). Los tres siguientes nervios son el motor ocular externo (que inerva el recto lateral del ojo), el facial (músculos faciales y del oído) y el auditivo (parte externa e interna del oído) El noveno nervio craneal es el glosofaríngeo, que inerva la faringe, la lengua y el tímpano del oído. El décimo nervio craneal, el vago, presenta varias ramificaciones que inervan un importante números de órganos, como el corazón, los pulmones y el estómago. El siguiente nervio se denomina nervio espinal accesorio e inerva el cuello y la garganta, incluyendo la faringe y las glándulas cervicales linfáticas. El último nervio craneal es el hipogloso, que inerva la lengua.

Nervio peroneo profundo: Los nervios peroneos incluyen los nervios común, superficial y profundo. Estos nervios se originan en los nervios ciáticos, que se ramifican desde la médula espinal entre la cuarta vértebra lumbar y la
tercera vértebra sacra, y se extienden hasta los músculos de la pantorrilla y hasta la piel de los pies y de los dedos.

Nervio femoral: Los nervios femorales se ramifican desde la médula espinal entre la segunda y la cuarta vértebra lumbar. Se extienden por la pierna hacia abajo para inervar los músculos y la piel de dicha zona, incluyendo el muslo, la rodilla, parte de la pantorrilla, el tobillo y el pie.

Nervio iliohipogástrico: El nervio parte de la médula espinal a la altura de lavértebra lumbar. Se extiende hasta la piel que cubre el pubis y la parte de la región glútea en la cintura.

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